miércoles, 31 de marzo de 2010

Ford vende Volvo al grupo chino Geely por 1.340 millones de euros


La marca sueca Volvo está ya en manos chinas. El grupo estadounidense Ford, que la compró en 1999 por 4.840 millones de euros, selló ayer su venta al grupo Geely por 1.340 millones. Se trata de un hito histórico en el sector de la automoción, ya que es la primera vez que una firma puntera occidental pasa a ser propiedad de una compañía del gigante asiático. «China, el mayor mercado automovilístico del mundo, se convertirá en el segundo mercado doméstico de Volvo, que podrá aprovecharse de las oportunidades que ofrece uno de los mercados de más rápido crecimiento del mundo», afirmó el presidente de Geely, Li Shufu, tras firmar el acuerdo en Gotemburgo en presencia de los ministros de Industria y Empresas de China y Suecia.

El director financiero de Ford, Lewis Booth, defendió que el precio acordado es «justo» y supone un «buen negocio», pese a ser 3.500 millones inferior al pagado en su día para adquirir la compañía sueca. El grupo estadounidense comenzó en el 2006 a deshacerse de las marcas que no consideraba prioritarias para su negocio, como Aston Martin, Jaguar y Land Rover.

DOS AÑOS EN VENTA / Como continuación de esta estrategia, Ford puso en venta Volvo en el 2008 y, tras un año de negociaciones, ha cerrado la venta con Geely. Las dos firmas tienen un tamaño similar. La sueca, que perdió 486 millones de euros en el 2009, produjo casi 335.000 coches el pasado ejercicio y cuenta con 19.650 empleados. La china tiene una plantilla de 13.000 trabajadores y produjo 325.000 vehículos.

Las compañías esperan cerrar definitivamente la operación en el tercer trimestre del año, una vez logradas las aprobaciones administrativas pertinentes. Geely afirmó haber logrado ya la financiación necesaria y apuntó que cuenta con «significativas facilidades de capital de trabajo» para garantizar la continuidad del negocio de Volvo.

El precio final dependerá de algunos ajustes que se producirán en la valoración del déficit del fondo de pensiones, la deuda y la liquidez de la compañía. El grupo chino, que ha recibido el apoyo de los sindicatos, ha anunciado su intención de mantener las fábricas de Suecia y Bélgica, además de apuntar que está estudiando montar nuevas factorías, una de ellas en su país de origen para proveer al mercado local.

El presidente de Geely manifestó que su objetivo es mantener la presencia de Volvo como una marca líder en el segmento premium, continuar con su imagen global como firma segura y respetuosa con el medio ambiente, mantenerse en los 100 mercados en que tiene presencia y crecer de forma «ambiciosa» en el chino. Volvo mantendrá su sede en Gotemburgo, como filial independiente, y contará con un nuevo equipo directivo.

GRAN AMBICIÓN / La compra representa una prueba de que China se ha convertido en uno de los mayores protagonistas del sector de la automoción. Superó el año pasado a Estados Unidos como primer mercado mundial, con 13,6 millones de unidades vendidas, el 46% más que en el ejercicio anterior. Las empresas del país han declarado su interés por introducirse en los mercados occidentales, pero hasta ahora carecían de la tecnología y el reconocimiento de marca necesario para ello.

La crisis y los problemas de los gigantes del sector han supuesto, sin embargo, grandes oportunidades que las pequeñas compañías están aprovechando, como demuestra la compra de Volvo o la de la sueca Saab por el pequeño grupo holandés de coches deportivos Spyker. La también china Beijing Automotive Industry compró, precisamente, parte de la tecnología de Saab.

Geely pretende producir en China 300.000 unidades de Volvo al año, casi tantas como en el resto del mundo. El fabricante anunció hace unas semanas un ambicioso objetivo de llegar a vender dos millones de vehículos al año en el 2015, la mitad en su país de origen y la otra mitad en el exterior.
Además de las acciones, el grupo se ha hecho con las patentes y la investigación y desarrollo de Volvo. Ford se ha comprometido a proveer de motores y otros suministros a la marca durante un tiempo.

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viernes, 19 de marzo de 2010

Obama dice que defenderá agresivamente la propiedad intelectual


No podía ser más contundente. El prematuro premio Nobel de la paz y presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha vuelto a emitir unas declaraciones cuanto menos turbadoras acerca de la problemática de la protección de los derechos de autor. Obama ha manifestado un claro interés por defender a capa y espada los derechos de autor pertenecientes a productores y creadores americanos. El presidente dice que su industria debe percibir lo que económicamente le corresponde por haber creado determinados contenidos.

Obama ha llegado a sentenciar que pretende proteger agresivamente la propiedad intelectual autóctona. De otra forma, ratifica, no entiende el progreso de la indústria doméstica y cultural.

Dice que apoya las nuevas tecnologías pero que también respalda la industria norteamericana, la misma que no ha dudado un segundo en aplaudir las palabras del presidente norteamericano. Contradiciendo lo sentencia definitiva que un magistrado pronunció la semana pasada acerca del P2P, Barack Obama ha intervenido en una conferencia sobre comercio en Washington para decir que se contrariará cualquier práctica que dañe el modelo de negocio actual, puesto no entiende el robo ni la duplicación de ideas a través de la Red. Mucho menos para la industria autóctona, cuyos derechos serán defendidos cual Quijote a través del famoso acuerdo llamado ACTA.

En el mismo tratado ACTA han participado Estados Unidos, Japón, Canadá y hasta la Unión Europea en peso, formulando un documento que hasta ahora se ha mantenido en el más absoluto de los secretos. Según se desprende de la declaración de intenciones estadounidense, la voluntad primera consitiría en filtrar los contenidos que se divulgan a través de Internet. La polémica del informe ACTA, sin embargo, pasa por el exceso de secretismo. Hace unos días, el Parlamento Europeo solicitaba a la Comisión más transparencia, para conocer el contenido de las negociaciones de nuestros representantes políticos. Lo mismos que han ganado su silla con el voto de la ciudadanía. La que accede al P2P y comparte. Muy a pesar de lo que diga Obama.

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